“[México] es una economía que, no diría yo que está en una situación ideal”.
Rogelio Ramírez de la O
En pocas palabras, compartidas por el secretario de Hacienda y Crédito Público desde la primera quincena de junio de 2022, el titular de una dependencia estratégica para el gobierno mexicano esbozó sin mayores rodeos la situación en la que se ha estancado la economía mexicana durante los últimos semestres.
¿Qué tan mal está la situación de nuestras carteras a finales del primer trimestre de 2023? Bastaría con cargar gasolina: ver los precios promedio del litro de Magna y Premium, 21.96 y 24.02 respectivamente, y recordar el aumento del subsidio al IEPS (Impuesto Especial sobre la Producción y Servicio) del 42.73 –dato de la semana pasada– al 47.37 por ciento que, en términos reales, se traduce en que los usuarios de automóviles estaremos pagando $3.11 en vez de $3.30 pesos por cada litro de gasolina Magna que se consuma en el país hasta el 17 de marzo próximo, según lo dispuesto por el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La gasolina Premium anda por la misma calle de la amargura: esta semana el subsidio del IEPS pasó de 18.13 a 22.49 por ciento; lo que quiere decir que a partir de esta semana ya no pagaremos $4.09 sino $3.87 pesos por litro. ¿Cuántos miles de millones de pesos hemos quemado en los escapes de los automóviles para mantener artificialmente la inflación subyacente por debajo de los dos dígitos? La respuesta es escalofriante en un país cuyas farmacias del sector salud enfrentan el mayor desabasto de su historia: 397 mil 600 millones de pesos, cifra récord que equivale al 1.4 por ciento del PIB durante 2022.
¿Esa es la única salida? El margen de maniobra presupuestal del gobierno ya es muy estrecho y el control de precios no es una opción para la política económica realmente existente, a pesar de que el costo a granel del huevo ya ronde los $3.50 y hasta $4.00 pesos por unidad; lo único que se vislumbra en el horizonte de la 4T es la política del subsidio permanente, que sólo beneficia a quienes más ingreso per capita poseen, y desde luego esa no puede ser una buena noticia pues causará, en términos reales, que el sexenio de López Obrador cierre con 60 millones de mexicanos inmersos en una pobreza abyecta por definición.
P.D.
De los creadores de “¿a qué le tiras cuando sueñas, mexicano?”, llega esta primavera de 2023: “¿a dónde quedó tu peso fuerte, mi querido chairo?” Todavía algunos lo andamos buscando, quizá los grandes importadores de este país sepan dónde encontrarlo porque, en definitiva, los connacionales en Estados Unidos nos han comentado que sus remesas no sólo se están depreciando –igualito que el dólar–, sino que en suelo nacional cada día alcanzan para menos debido a que el Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) fue, como tantas cosas, otra tomada de pelo de la 4T.
Por Enrique Huerta