8M, el día en que las mujeres dominan las calles 

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Foto: EsImagen

Ana Luisa camina al lado de mujeres que protestan y cantan, y brincan e intervienen paraderos. Aprovecha cada cámara y lanza una súplica: “por favor, hagan viral mi caso”

Sostiene un cartel con la foto de su nieta Aitana, ella ahora tiene cinco años y el 9 de marzo cumple dos años desde que le fue arrebatada a su madre; su padre –relata a ContraRéplica Puebla– se la llevó cuando fue por ella al preescolar. 

“Marcho para visibilizar mi historia, porque nadie me hace caso, las autoridades dicen que no es un delito que se la haya llevado”, dice. 

A su alrededor hay mujeres que la escuchan y la abrazan, ella derrama unas lágrimas, se le quiebra la voz cuando cuenta que Aitana conforme crece lejos de ellas, ya no quiere ver a su familia materna.

Es la tercera marcha del día, ahora separatista, porque sólo es conformada por mujeres sin la compañía de hombres ni siquiera de personas trans. 

Antes de salir, los contingentes se organizan, en las primeras filas las familias de víctimas de personas desaparecidas, atrás de ellas, las mujeres con hijos e hijas. 

Luego otro bloque con mujeres que llevan a sus mascotas o carteles con dibujos de sus gatos con la leyenda “Quién nos cuida, si ellas nos hacen falta”

Los vidrios de uno de los paraderos –que están cerrados y sin personal de seguridad– estallan después de los martillazos que lanza el bloque negro y las mujeres corean al unísono “ellas sí nos representan”

Son cerca de 3 mil voces, todas en grupos de amigas, madres e hijas y algunas solas que se hacen compañía entre sí. Saltan, bailan y cantan.

Salieron desde la Fiscalía General del Estado en punto de las 16:00 horas, donde además de un tendedero de denuncias, en el que exhibieron a sus agresores, montaron un mercadito de emprendedoras feministas

Recorrían el bulevar 5 de Mayo, que comienza adornarse de jacarandas en sus camellones, y a su paso dejaban mensajes: algunos en stickers que pegaban sobre paraderos de autobús o postes como “No nací para ser bonita, nací para ser libre”.

Otro mensaje quedó en uno de los accesos del paradero Analco de la línea 3 de RUTA: “Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”.

Otros carteles en las paredes de inmuebles es el de una mujer cruzada de piernas, al lado de animales de granja: “no más hembras explotadas ni violadas”.

En las paredes hay más huellas de su paso que exigen aborto legal y que llaman a “Puebla feminicida”.

Y en medio de eso, hay mujeres que salen al balcón con niñas de la mano y que brincan y ondean una bandera en señal de apoyo.

Las manifestantes brincan y todas corean “ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, mientras avanzan sobre la Juan de Palafox y Mendoza.

Al encararse con la policía que sostiene equipo antimontines, las mujeres encapuchadas y vestidos de negro sólo se limitan a que el contingente avance y a lanzar más consignas como “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas”.

El Palacio Municipal también está custodiado por policías municipales, la mayoría mujeres, pero el contingente también pasa de largo y llega hasta la Catedral, que a diferencia de otras manifestaciones no hay hombres con rosarios rezando ni haciendo una cadena humana.

Las mujeres llegan frente al Congreso de Puebla, hay un momento de silencio, las mujeres se hincan y alzan el puño hasta arriba, la mayoría tienen su muñeca envuelta en un pañuelo verde, en señal de apoyo a la despenalización del aborto o en color violeta, símbolo de la lucha feminista.

Todas se ponen de pie, pero hay una ola de mujeres que replican hincarse, alzar el puño y luego pararse.

De fondo suena una estrofa de Vivir Sin Miedo de Vivir Quintana, que todas las asistentes corean: “Que tiemble el Estado, los cielos, las calles, que tiemblen los jueces y los judiciales, hoy a las mujeres nos quitan la calma, nos sembraron miedo, nos crecieron alas”.

El contingente llega al Zócalo, ya está lleno de más manifestantes, hay una pizarra en donde mujeres plasman el nombre de sus agresores, hay notas adhesivas con frases de aliento para mujeres violentadas.

Otro grupo interviene la fuente de San Miguel, bailan, cantan, se sientan sobre la plancha del Zócalo, mientras una a una deja los carteles que antes portaban en el suelo. Hay una niña que coloca el suyo junto a su madre.

Hay más mujeres que llegan y derriban las tablas que protegen la maqueta que es una réplica del primer cuadro de la ciudad, y hay niñas que se suben sobre ella y alzan el puño, mientras las demás aplauden y se abrazan.

Hay niñas, hay mujeres con bebés en brazos, hay otras que comparten sus historias, las de otras, las de sus desaparecidas, las de sus hijas asesinadas a manos de sus parejas, las de violencia por parte de los padres de sus hijos, a las que acosaron alguna vez, a las que violentaron en alguna ocasión.

Esas mujeres hoy toman las calles.

Por: Lupita Juárez
Editor: Guillermo Pérez Leal

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