Acción temprana, aportación de científicas e ingenieras frente a la pandemia: Ibero Puebla

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Visibilizar las aportaciones de las mujeres en la ciencia contribuye a reforzar la idea de que las habilidades y capacidades teórico-prácticas no deben ser condicionadas por el género, reconocieron los ponentes. // Foto: Ibero Puebla.

Por Redacción

La integración tardía de las mujeres al campo académico ha supuesto una conquista permanente de derechos institucionales y reconocimiento social. El ámbito científico ha sido históricamente masculinizado, lo que obstaculiza el acercamiento, desarrollo y ejercicio del quehacer investigativo por parte de niñas, jóvenes y adultas.

Para visibilizar la contribución de las mujeres a la ciencia y la tecnología, la Universidad de Deusto creó en 2014 el Premio Ada Byron, producto de la sinergia entre empresas e instituciones educativas internacionales. La IBERO Puebla, junto con sus universidades hermanas en México, decidió impulsar este reconocimiento y otras estrategias para promover el acceso de más jóvenes mujeres a las carreras relacionadas el ámbito científico.

La Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica de la Universidad Jesuita, señaló que ocho de cada cien mujeres mexicanas estudian algo relacionado con las ciencias y las matemáticas. Esto tiene que ver con los estereotipos y prejuicios que persisten en las familias. “La intención de este concurso es mostrar el trabajo de mujeres y enviar el mensaje de que las carreras no tienen género”.

Ingenieras en movimiento

El 2020 se ha caracterizado por la pausa y eventual modificación de prácticamente todas las actividades de la vida pública debido a la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, el mundo sigue moviéndose y las ingenieras también. Para dar cuenta de ello, la Dra. María Alicia de los Ángeles Guzmán Puente, ganadora del Premio Ada Byron Capítulo México 2019, recorrió las acciones de las mujeres durante la emergencia sanitaria.

Siete ejecutivas han jugado roles protagónicos en la contención de la crisis en sus respectivas naciones, como Sanna Marin de Finlandia y Mette Frederiksen de Dinamarca, primeras ministras que en sus respectivos países optaron por acciones preventivas contundentes y campañas estratégicas de comunicación social.

En Alemania, Ángela Merkel consiguió que la tasa de mortalidad fuera mucho menor que la de sus países vecinos. Katrin Jakobsdóttir, primera ministra de Islandia, optó por la realización de pruebas masivas para controlar el comportamiento de la crisis. Erna Solberg, primera ministra de Noruega, ofreció una conferencia de prensa dirigida a las niñas y niños para informarlos sobre la pandemia.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, apostó por la eliminación de la curva de contagios al forzar el confinamiento desde los primeros casos confirmados. Finalmente, Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, tomó 124 acciones preventivas desde enero, lo que permitió que no hubiera necesidad de cerrar el país.

En México, la Dra. Ana Gabriela Mena Rodríguez, directora general de Prevención y Promoción a la Salud de Jalisco, contribuyó a que se realizara un monitoreo del virus desde antes de que este llegara a nuestro país. Con ello, su estado fue líder en acciones de prevención y contención durante los primeros meses de pandemia.

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