El acoso sexual es un trago amargo que nos recuerda la vulnerabilidad de ser mujer, pero romper el silencio puede ser todavía más tormentoso.
Deseo sexual sin consentimiento mutuo es acoso. ¡No es no!, y así debe ser entendido entre hombres y mujeres sin importar los cargos de poder.
La panista Erika de la Vega fue víctima de esta conducta indeseada.
Forcejeó con su compañero de partido, Eduardo Alcántara antes de salir de su oficina en la colonia Gabriel Pastor, el 8 de febrero de 2021.
Por respeto a ella y a sus hijos me reservo los detalles de esa noche en que acudió al llamado del “asesor particular” de Genoveva Huerta para revisar el tema de su posible candidatura del PAN a la presidencia municipal de San Pedro Cholula.
No era la primera vez que Alcántara expresaba a Erika su interés sexual y económico por apoyarla políticamente.
Ella le aclaró más de una vez que su trato debía centrarse en el terreno profesional, pero él tensó la cuerda pensando que la protección del PAN alcanzaría para que el hecho no trascendiera.
Error de cálculo. Hoy, está más cerca de quedar inscrito en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política de Género del INE, si es que la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratifica el fallo de la sala regional de la Ciudad de México tras analizar el contenido del expediente SUP-REC-90/2023.
El comportamiento abusivo de Alcántara también fue denunciado penalmente, pero la Fiscalía General del Estado (FGE) aún no da señales para desahogarlo –un terreno pantanoso que ella seguirá caminando hasta obtener justicia–.
Por otro lado, tampoco olvida la falta de sororidad que mostró la presidenta del PAN durante la breve comunicación telefónica que sostuvieron la noche de la agresión.
Genoveva pudo abrirle los canales legales del partido para sentar un precedente: Nadie debe aprovechar sus puestos de poder ni las relaciones en turno para denigrar a las personas. En fin, prefirió darle vuelta a la hoja y continuar su ruta rumbo al Senado de la República.
Dato curioso. Tras conocer el fallo electoral otras mujeres panistas felicitaron a Erika por levantar la voz. Me pregunto ¿hay más casos?, ¿hablamos de la misma persona?, ¿lloverán más denuncias?, ¿qué cambios internos hará el PAN para prevenir el acoso sexual?
Por lo pronto, si Alcántara sale exonerado dirá que fue víctima de golpeteo, pero si el Tribunal lo hunde, téngalo por seguro que no habrá relación política –al menos en Puebla– que pueda salvarlo… Erika lo sabe de MUY BUENA fuente.
Por Patricia Estrada