Ambulantes, herencia maldita

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Por Patricia Estrada

Las tiendas de telas y manualidades, el olor a café sobre la 4 poniente, las cremitas de la California, las librerías y papelerías de la 8 poniente, la nieve de limón en el zócalo, la misa dominical en Catedral y el licuado de rompope en los portales del Centro, figuran entre mis mejores recuerdos de la infancia.

Hoy no reconozco al centro. El frenesí de las compras ha sido opacado por el amontonamiento, la suciedad, la contaminación auditiva y la delincuencia. Actualmente 3 mil 800 ambulantes se han apropiado de banquetas y arroyo vehicular comprometiendo la seguridad de los transeúntes y la existencia de los negocios más antiguos y recientes.

Esa es la maldita herencia de un Ayuntamiento que renunció a gobernar antes de tiempo. Hubo miedo a romper el chantaje político y social de las organizaciones de ambulantes y toleraron otros problemas de mayor calado: La prostitución, los asaltos, las extorsiones al transporte público y sobretodo el narcomenudeo bajo el control de los grupos que manejan la droga por todo el país.

La alcaldesa va entregar un centro ingobernable, lastimado económicamente por la pandemia pero más dañado por la negligencia gubernamental. La ciudad pagó un alto costo por la improvisación e ingenuidad que caracterizó a su Secretaría de Gobernación durante tres años.

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El edil entrante y el gobierno del estado se han comprometido a desarticular a los delincuentes que cobijados bajo el título de líderes ambulantes han convertido al centro en su bastión de ilegalidades frente a la vista de todos, incluidos policías e inspectores de vía pública.

El dato duro: En 2018, el centro albergó 3 mil 546 ambulantes; en abril de 2019 bajó a 2 mil 150 y tres meses después a 850 informales. Al 15 de agosto de 2021, el crecimiento ha sido exponencial en 300% y ahora son 3 mil 845 tianguistas representados por 23 organizaciones, unas más poderosas que otras.

Es un hecho que el Covid-19 profundizó la crisis de la informalidad en México, al pasar de 22.8 a 31 millones de trabajadores en el segundo trimestre de 2021, de acuerdo al INEGI; reflejo de una cruda realidad que obliga a las familias a vivir sin seguridad social ni prestaciones.

El próximo gobierno de la ciudad está obligado a recuperar el esplendor del centro con un buen programa de reordenamiento comercial acompañado de estrategias de seguridad pública porque es evidente que la actual administración no asume culpa por haberlo arruinado.