El dilema de Lalo Rivera

153

El reordenamiento del centro de la ciudad de Puebla es uno de los mayores retos que enfrenta el gobierno de Eduardo Rivera, con la obligación de materializar las propuestas de campaña tras las críticas realizadas al muladar que entregó su antecesora.

Limpiar el centro de ambulantes, sexoservicio y franeleros es una demanda ciudadana; sin embargo, los métodos podrían ser cuestionables, al menos para ciertos personajes políticos que han advertido al alcalde sobre las consecuencias económicas y posibles problemas que derivarán sus actos de buena fe.

El secretario de Gobernación, Jorge Cruz Lepe es responsable de la negociación con los grupos de ambulantes, quienes en dos ocasiones desafiaron al Ayuntamiento violando las restricciones de los espacios permitidos y ahora la propuesta de reubicación consiste en doce lugares repartidos en la periferia del centro.

¿Los ambulantes aceptarán los espacios alternativos solo por la vía de la negociación? A la fecha solo cuatro organizaciones han entregado su lista de afiliados, mientras que el resto se mantiene reacio a aceptar las condiciones de retirarse del centro, donde sus ingresos son mejores que en cualquier otro mercado formal.

El segundo frente abierto es la reubicación de las sexoservidoras en casas de citas para que liberen las calles. El gremio recibió la noticia con suspicacia toda vez que en la vía pública se sienten menos inseguras. Los moteles de mala muerte han funcionado con o sin permiso de las autoridades durante años cobrando la renta de los cuartos.

En el centro, mujeres y hombres ejercen la prostitución por voluntad propia, pero también han sido víctimas de las redes de trata de personas ante los ojos de transeúntes, comerciantes y policías. Los operativos de la Fiscalía General del Estado han sido incipientes para desbaratar las redes criminales que tienen sometidas a adultos y menores de edad.

Nadie sabe si casonas reconvertidas en prostíbulos oficiales será la solución definitiva o desatará mayores problemas de inseguridad, como el auge del narcomenudeo.

La cereza del pastel en este plan de reordenamiento son los parquímetros para garantizar mayor movilidad y deshacer las mafias de franeleros que han ocupado y lucrado ilegalmente la vía pública. Es cierto que la economía del poblano ha resultado golpeada por la pandemia, pero tampoco reprueba por completo la idea de pagar por hora de estacionamiento.

Los parquímetros podrían arrojar buenos resultados siempre y cuando la seguridad pública se encuentre mejor coordinada para inhibir los robos de autopartes y automóviles en todo el circuito del centro. Si el Ayuntamiento se dispone a retirar a los franeleros tendría que hacerlo con una tarifa justa para los automovilistas y evitando que la periferia se siga llenando de informales en cada esquina.

Por otra parte, la peatonalización ha sido el sueño de administraciones municipales, pero sin resultados efectivos debido al rechazo sistemático que han encontrado en las cámaras empresariales.

El gobierno de Lalo Rivera se pone a prueba con el Plan de Reordenamiento para el Centro Histórico. ¿Dejará que las críticas apaguen sus ganas de concretar el cambio o será capaz de remar contra corriente para cumplir su palabra empeñada ante los votantes? En ambos escenarios se juega su futuro político.

Por Patricia Estrada