Él es FACE, el rapero ruso al que Putin acusa de espía

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FACE es un rapero de origen ruso al que Vladimir Putin acusó de espía por ser crítico con el presidente, la sociedad rusa y la invasión a Ucrania.

El rapero de 25 años, cuenta un poco más de 2 millones de seguidores en Instagram, quien reaccionó de forma sarcástica al enterarse que no es del agrado del Kremlin.

“¡Gracias por el mejor regalo de cumpleaños! Un gran honor para mí y una señal de que estoy haciendo todo bien”, reaccionó burlonamente.

No obstante, el ser espía, es una etiqueta creada en 2020 para señalar a personas que trabajen activamente al servicio de intereses de otros países.

Además, de acuerdo con las autoridades rusas, FACE presuntamente recibe ingresos que provienen de la oposición rusa.

Por ejemplo, algunos periodistas han sido etiquetados con esta mención, por lo que tienen que reportar al Ministerio de Justicia sobre su financiación y actividades.

Sin embargo, FACE, cuyo verdadero nombre es Ivan Dryomin, abandonó Rusia antes de que fuera perseguido por las autoridades.

“Como artista ruso, ahora prácticamente no existo, ni tampoco como ciudadano. Me niego por completo a reconocer este Estado como mío”, escribió en Instagram con motivo a la invasión a Ucrania.

Cabe mencionar que otras figuras como Oxxxymyron o Morgenshtern (el artista más escuchado en Spotify en Rusia en 2021), son uno de los pocos que se han atrevido a condenar abiertamente a Putin y hablar de guerra.

Finalmente, las protestas de los último días, han hecho caer a varios activistas hasta 15 años en prisión por mostrar su descontento con la guerra.

El kremlin, durante varios años, ha tratado de absorber la subcultura del hip-hop, pues considera que atenta contra sus ideales.

A pesar del bloqueo para reproducir la música del rapero en canales oficiales rusos, existen plataformas alternativas como Telegram, o el uso de redes VPN.

FACE es el primer rapero, aunque no el primer músico, en recibir la designación de “agente extranjero”.

“Algún día, Rusia se convertirá en un estado digno, con personas que tienen una mentalidad moderna y razonable, pero hoy, lamentablemente, no es el caso. Espero algún día volver a ver a mi familia, ver a mi público, cantar en ruso para mi gente. Y creo que sucederá. Porque les guste o no a todos, el futuro de Rusia pertenece a personas como yo, y no a personas como ustedes. El futuro de Rusia son las personas que tienen cepillos y micrófonos en sus manos, no ametralladoras con granadas”.

Por: Redacción

Editor: Aline Hernández

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