El tiro por la culata de la austeridad republicana

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“Le solicito al Consejo General del Instituto Nacional Electoral
que se reúnan y que se incremente el número de casillas”
Andrés Manuel López Obrador

Pasó prácticamente desapercibido el llamado que hizo López Obrador a Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE, durante La Mañanera celebrada el pasado 25 de febrero en la capital del estado de Colima, donde el mandatario no sólo solicitó la instalación de más casillas para la consulta de revocación de mandato; sino que además sugirió “el apoyo de autoridades estatales, organismos electorales estatales, organizaciones sociales, incluso organizaciones sindicales, empresariales, que podían –según dijo- ayudar para que haya casillas suficientes”.

¿A qué responde el sorpresivo llamado presidencial? Finalmente López Obrador se dio cuenta que “le salió por la culata” el tiro de la austeridad republicana: con apenas 1/3 del total de casillas instaladas, con respecto al proceso electoral de 2021, el INE para maximizar costos privilegiará zonas urbanas y desarrolladas, incluso en secciones rurales se priorizará la instalación de casillas en todas las cabeceras municipales y distritales mejor comunicadas. El temor presidencial radica en que el próximo 10 de abril las urnas estarán más cerca de electores de nivel medio, con salarios precarizados, nulos apoyos sociales, molestos por la disminución de su nivel adquisitivo a causa de una escalada inflacionaria del 7.22 por ciento; y aún más cerca de pequeños comerciantes que sobrevivieron a la pandemia sin estímulos fiscales, de contribuyentes que presentarán su declaración anual en el marco de una recesión técnica mientras los embolsados en las calles se vuelven la nota roja permanente.

Evidentemente la esperanza de Andrés Manuel está en “el pueblo bueno y sabio”, a expensas de los programas sociales por la tragedia de su miseria. El problema radica en que el llamado Movimiento de Regeneración Nacional tiene un pecado de origen: dista de ser un partido unificado, sus estructuras de liderazgo, presas del faccionalismo interno, son incapaces de erigirse como un aparato de movilización electoral eficiente. Sabedor de la disfuncionalidad que padece Morena el presidente no hace un llamado a su partido, sino a “organizaciones empresariales”. El chiste se cuenta solo.

¿Andrés Manuel está a punto de ser revocado en su mandato presidencial? Nada más lejano de la realidad: la consulta no será vinculante, el déficit de casillas también impide -por una limitación estructural obvia- que la participación en la jornada sea superior al 40 por ciento del listado nominal. La angustia de Palacio Nacional únicamente se limita a la sobrerrepresentación del rechazo de la clase media que produzca una ficción estadística que en la opinión pública ponga en entredicho la permanencia de la 4T en la antesala de la sucesión presidencial.

P.d. No deja de ser cómico que la consulta de revocación haya dejada de ser “un día de campo” para un presidente con más del 60 por ciento de aprobación popular por el simple hecho de escatimarle al INE la mísera suma de 3 mil 500 millones de pesos, cifra equivalente a la morralla de la SEDENA.

Por Enrique Huerta