Envidia

86
La gente exitosa no presta atención a la envidia porque su atención está en ser positivo y en su crecimiento personal. // Foto Internet.

Por la vida hay mucha gente tirando su basura, chimes, mentiras, frustraciones, etcétera. Una de las cosas que más abunda en el ambiente es la envidia.

Y aunque las personas envidiosas lo nieguen, no existe “la envidia de la buena”. Esto me genera mucha risa, pues muchas veces me lo han dicho y a personas cercanas, “de verdad te tengo envidia de la buena” como si te quisieran hacer un cumplido.

Dicen los expertos en comportamiento humano que el envidioso no busca obtener lo que tenemos, ni desea despojarnos del objeto de deseo, sino que no quiere que nadie lo tenga, incluyéndolo a él mismo.

Imagen Ilustrativa.

Este es uno de los sentimientos más desgastante, nocivo, que corroe como ácido y que alguien pueda tener. El envidioso vive en la necesidad constante, no tiene amor para sí mismo y cualquier cosa que alguien obtenga, de forma legítima o no, siempre le causará molestia. Este sujeto apegado a ese sentimiento destructivo siempre justificará sus carencias reflejándose y comparándose de forma negativa en el éxito de alguien más. Frases como “no se lo merece”, “de seguro se lo ganó haciendo trampa”, “yo tengo algo mejor”, “yo visité más ciudades que ella”, “de seguro su esposo le pone el cuerno”, “odio que se vea tan feliz”, “nadie puede ser tan feliz”, entre muchas otras; ¿las has escuchado?.

Por supuesto que “el portador de este pecado capital” al estar pensando de esta forma refleja en los demás su propia miseria atrayendo otros sentimientos autodestructivos como la ira y el odio. Todo esto, si no lo detectamos a tiempo, se complica haciéndose un ciclo vicioso.

La gente exitosa siempre tendrá seguidores y también generará, por ende, envidia.

Imagen Ilustrativa.

El secreto del exitoso es el amor a sí mismo. Esto genera autoconfianza, encanto, alegría; nunca busca compararse con nadie pues sabe que cada individuo vive su propia vida y es responsabilidad de cada uno sentirse bien o mal. Tiene modelos a seguir (pero sin obsesionarse y compararse como ya dijimos). Crea sus propios objetivos de vida que sean cumplibles en su proyecto de vida. Hace ejercicio físico y mental. “Embellece su vida como un jardín que se cuida todos los días”. Con esto llega a sumar siempre y tener felicidad. El exitoso no presta atención a la envidia porque está ocupado en su desarrollo personal. En otras palabras: amándose a sí mismo.

¿Qué puedo hacer si me doy cuenta que siento envidia?

Lo primero es hacerse consciente de este sentimiento. Siempre hay una solución si te haces consciente.

Segundo, amate a ti mismo. Comienza haciendo ejercicio, comiendo más sanamente, diviértete con un pasatiempo, conoce gente nueva que sea positiva, viaja, cómprate cosas que mejoren tu aspecto personal, cuídate, etc.

Imagen Ilustrativa.

Tercero, nunca te compares con alguien más. Tú eres tan importante y maravilloso como cualquiera. La felicidad se mide de adentro hacia afuera.

Cuarto, sé congruente con lo que dices y como actúas. Sé positivo y júntate con gente positiva. Evita comentarios y personas tóxicas o negativas.

Cinco, disfrútate y disfruta todo lo que está en ti y a tu alrededor, que Dios ya te ha dado todo. Y todo comienza por ti.

Recuerda, todo comienza por uno mismo, la clave para mejorar tu presente es cambiar el modo de como interpretas tu vida.

Se feliz y libre aquí y ahora.

Soy Emerson Mejía López