Habemus Claudia

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En mi columna del pasado 8 de noviembre, titulada “¿Habemus presidenta?”, le adelantaba a usted lo que hasta el día de hoy sigue vigente:

«No existe una sola encuesta publicada por una sola casa demoscópica reconocida, que no otorgue un triunfo contundente a la Dra. Sheinbaum en el marco de la contienda interna de Morena. Ni siquiera existe un solo ejercicio que coloque al entrañable y carismático “carnal Marcelo” –el segundo presidenciable más respaldado en la plaza morenista– en empate técnico frente a las aspiraciones de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. En consecuencia, podríamos asumir que si este domingo 13 de noviembre fueran las elecciones federales: Claudia Sheinbaum se convertiría en la primera presidenta de México».

En 10 meses no se han alterado las tendencias, ¿qué podría hacernos suponer que Mario Delgado, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, nos saldrá con una sorpresa este 6 de septiembre? Es claro que #EsClaudia; no obstante, los retos que desde noviembre advertíamos siguen vigentes para la coalición de intereses que no optará por seguir el camino rupturista de Marcelo, sino que mantendrá su apoyo a la ex Jefa de Gobierno. De regreso a la misma columna:

«Claudia debe ladear el fracaso electoral que sufrió Morena en las alcaldías más productivas de la capital del país durante el proceso electoral de 2021. Ningún presidenciable puede ser competitivo con el bastión fragmentado. No estoy seguro que las políticas que hasta ahora ha implementado el gobierno de la Ciudad de México sean capaces de sellar dicha fractura, me parece que han producido exactamente lo contrario. No obstante, el equipo de Sheinbaum ha compensado “ese bache en el camino” con creces, haciéndose del apoyo de coaliciones locales altamente vinculantes, plagadas no sólo de morenistas notables, sino hasta de alcaldes opositores».

La pieza final de ese complejo proceso culmina con la elección morenista del candidato a la Jefatura de Gobierno que, por razones obvias no podría ser Omar García Harfuch ni ningún otro miembro del grupo claudista, sino el senador con licencia Ricardo Monreal que asegura buena parte del voto duro de la Cuauhtémoc, alcaldía pivote que contiene la plataforma para arrebatarle a la oposición el poniente de la Ciudad de México. Por fin de cuentas Xóchitl Gálvez ya no aparecerá en ese boleta electoral y, para fortuna de Sheinbaum, los partidos del Frente Amplio por México llevan décadas de derrotas consecutivas en los antiguos dominios de Moctezuma.

Pero no adelantemos vísperas, esperemos el destape premeditado de Claudia y registremos en la memoria del anecdotario político nacional: “el berrinche que va a pegar” Marcelo Ebrard cuando se entere que por primera vez en México la República será encabezada por una mujer, y que del reparto de candidaturas morenistas a las 32 gubernaturas dependerá que, quien lleve la banda presidencial, no porte un huipil el 1º de diciembre del 2024.

Por Enrique Huerta