La encuesta verdadera

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“Muchos andan gritando que es un honor estar con Obrador, pero en los hechos demuestran lo contrario, y este movimiento es de pregonar que el pueblo es el único que puede salvar al pueblo, e incluso a Morena”.
Ignacio Mier Velazco

El reclamo con dedicatoria del líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados tiene mucho sentido. En Morena no basta con los números de las encuestas –algo que jamás entenderá Marcelo Ebrard–, mucho menos con demostrar en las redes sociales “lealtad ciega” –“prefiero ser nada antes que traicionar al presidente”, según dijo Monreal con los dedos cruzados–.

Para asegurarse un lugar en la boleta electoral por parte de Regeneración Nacional no basta con presentar libros sobre edulcorantes, frente a un electorado que mayoritariamente no ha superado la pobreza alimentaria; por el contrario, sólo se necesita gozar de la confianza plena de las coaliciones vinculantes al interior del movimiento de la 4T. Y eso quiere decir, en términos simples, que la postulación de cualquier candidatura a la gubernatura, o a la misma Presidencia de la República, debe garantizar el riesgo mínimo de ruptura.

¿Qué está pasando en Coahuila? La tragedia morenista sintetizada en un partido predominante que, dividido, está condenado a ser la segunda fuerza más votada del proceso electoral. Armando Guadiana ni con su ridícula promesa de traer a Peso Pluma logra remontar en las encuestas; no obstante si le sumamos los números que trae Ricardo Mejía, hoy estaríamos hablando de empate técnico en Coahuila y no de una derrota premeditada.

Lo mismo está ocurriendo en el Estado de México. Era impensable hace un par de semanas la tendencia #DelfinaseDesploma que obedece a la dramática contracción que ha observado la candidatura de Morena en las encuestas. Si bien el PRIAN gobierna la mayoría de los municipios de la entidad, una ventaja estructural innegable –y que hemos comentado en pasadas columnas–, en esta ocasión la velocidad del derrumbe obedece a divisiones internas y ambiciones inocultables.

Digámoslo sin tapujos: el partido de López Obrador no está compitiendo con “el carro completo” en el Estado de México por la sencilla razón de que a algunos de sus presidenciables no les conviene que el bastión del PRI termine del lado correcto de la Historia. De otro modo, ¿cómo podríamos explicar que en dos semanas los 15 y hasta 18 puntos de ventaja de la profesora Delfina Gómez se convirtieron en 6 u 8 en el mejor de los escenarios?

De regreso a nuestra aldea, ¿quién asegura la unidad rumbo a la gubernatura de Puebla? O más bien dicho, ¿qué postulación lograría el menor riesgo de división interna? Esa es la verdadera encuesta que me hace pensar que, no sólo #AhoraEsAdánAugusto como aseguran varias bardas y espectaculares, sino que en consecuencia #AhoraEs la Cámara de Diputados la que lleva una clara ventaja sobre el Senado de la República en la carrera por la oficina central de Casa Aguayo.

Ahora. ¿Y mañana? Dependerá de las decisiones que durante los próximos dos meses tomen cada uno de los actores…

Por Enrique Huerta