Mi presi y su complejo de “cangrejo mexicano”

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Por Patricia Estrada

Escuchar al presidente López Obrador despotricando contra la clase media por aspirar a vivir mejor es un golpe bajo. En su mundo ideal guarda el deseo de gobernar un país de puros pobres, que le cueste cada vez más al erario para que el agradecimiento se vea reflejado en las urnas.

En la semana postelectoral, Andrés Manuel volvió a la carga y prefirió apedrear a 26.4 millones de hogares mexicanos que con altas y bajas van sorteando el costo de la vida trabajando duro y pagando sus impuestos.

“La clase media es aspiracionista y egoísta que quiere triunfar a toda costa”, así se expresó de quienes el 6 de junio reprobaron a la 4T por sus malos resultados y excesos en el manejo de la política nacional. Para no variar, el presidente se tiró al suelo acusando guerra de mentiras y manipulación en contra de su gobierno (diría el clásico meme “Wey ya”).

¿Es pecado querer vivir mejor? No hablo de los ricos que con o sin pandemia jamás se preocuparán por pagar las colegiaturas de sus hijos o el crédito de su casa, sino de hogares mexicanos que sacrifican tiempo de convivencia para aumentar los ingresos de la familia en el ánimo de no contraer deudas, casi siempre impagables.

Con la declaración de López Obrador queda claro que para su gobierno, estudiar, trabajar, ahorrar, anhelar, pensar, analizar y decidir se vuelve un obstáculo del desarrollo. Entre más pobres mejor, más carencia, más hambre, menos educación, menos autonomía, más dependencia gubernamental, más votos, más control, más poder.

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López Obrador abrió la segunda mitad de su sexenio con el discurso polarizante culpando a los mexicanos más trabajadores de su fracaso electoral desde su privilegiada posición y dándole más gasolina a sus agresivos seguidores en redes sociales para luego esconder la mano.

Una raya más al tigre para pensar si tenemos un gobierno democrático o autoritario que en vez de promover la reconciliación y el bienestar; divide, confronta, desaprueba. Me convenzo de que a mi presidente le gusta ir como los cangrejos -para atrás- y de paso se esfuerza para sembrar más envidias.

Si ahora la clase media es enemiga del régimen, no vaya ser la de malas que ahora sí desde la Secretaría de Hacienda intenten forzar la economía para que crezcan los subsidios y de paso los impuestos, por aquello de jalar hacia abajo a quienes intenten subir honestamente y por mérito propio.