Por Patricia Estrada
Una avalancha de inconformidades desató los excesos y las fallas del presidente del Instituto Electoral del Estado (IEE), Miguel García Onofre, responsable de la mayor desorganización electoral que ha vivido el estado de Puebla.
Boletas electorales incompletas cuya reimpresión costaron 5 millones de pesos adicionales, adjudicaciones directas, tráfico de influencias e incorporación de bajos perfiles profesionales en áreas operativas, han influido en el descontento interno.
Sin importar que, la elección del 6 de junio dejó un saldo de nueve procedimientos administrativos contra los presuntos implicados en estas irregularidades, García Onofre le dio vuelta a la página organizando comilonas con los representantes de los partidos políticos en La Noria, Casa Barroca y El Burladero.
El problema es que mientras intenta afianzar sus relaciones públicas, en el IEE se quejan de la incorporación de personas sin experiencia en las direcciones Jurídicas, de Archivo, Administrativas y Técnica del Secretariado (con excepción de la dirección de Prerrogativas del IEE que permanece acéfala).
El clima laboral es aún peor con la prepotencia de los jefes, tal es el caso de Michelle B. encargada de despacho de la Dirección Administrativa, a quien la gente identifica como una funcionaria de pocos modales.
En los pasillos del IEE están convencidos que con la mayoría del consejo general en su bolsa, García Onofre pretende ratificar a sus “cuates” negando la oportunidad de renovar a la institución con profesionales mejor calificados y sin contaminación partidista.
Dato curioso: Un aliado de García Onofre es el consejero Arturo Baltazar Trujano, cuyo nuevo estilo de vida ha provocado duros cuestionamientos y también la duda de por qué la ex consejera electoral, Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo le gritó en una mesa de trabajo posterior a la elección: “Ya párale, todo este desmadre es culpa tuya”.
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En una entrevista de Contraréplica Puebla con la presidenta del Tribunal Electoral del Estado, Norma Angélica Sandoval Sánchez aceptó que la pandemia de Covid-19 generó complicaciones en la atención y revisión de los procesos electorales, pero también el IEE tendrá que aumentar su estándar de “perfección” para evitar errores en los temas subsecuentes.
Y tiene razón, el Instituto Electoral del Estado tiene la necesidad de recuperar su credibilidad pública más allá de los tropiezos y enseñanzas que dejó este 2021. García Onofre fue designado para un periodo de 2 años 10 meses y vendrá la preparación de las elecciones extraordinarias en Tlahuapan, Miahuatlán y Teotlalco, en marzo del próximo año.
Con la posibilidad de que el IEE organice nuevamente los plebiscitos en las juntas auxiliares de la capital poblana, vendrá el reto de preparar la magna elección del 2024 (gubernatura, alcaldías y diputaciones locales) y si los partidos políticos detectan nuevamente las debilidades humanas y técnicas del árbitro electoral, el Instituto Electoral del Estado podría llevar a Puebla a una crisis de ingobernabilidad.
