Momento Volkswagen

91

¿Qué tan mal anda la economía mexicana? Bastaría con cargar gasolina, ver los precios del litro de Magna y Premium, 21.85 y 23.75 respectivamente, y recordar que desde el 1 de enero de 2022, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) ha permanecido subsidiado al 100 por ciento por la secretaría que encabeza Rogelio Ramírez de la O, a costa de la sustentabilidad de programas de desarrollo destinados a combatir la desigualdad de los sectores económicamente más vulnerables.

La noticia hecha pública en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el viernes de la semana pasada, sorprendió a muchos: una reducción de 7.7 por ciento del subsidio por cada litro de gasolina Premium indica que las arcas del Estado están llegando al límite después de “quemar” más 573 mil millones de pesos en los escapes de los automotores de México. El panorama es desalentador, pues irremediablemente la inflación llegará a los dos dígitos a finales del último bimestre del 2022 y para entonces, el litro de gasolina rondará los 25 pesos promedio.

La pregunta es simple: ¿es momento de pedir un aumento salarial del 15 por ciento? Quizá debo reformular la pregunta: ¿era un momento oportuno para que los trabajadores de Volkswagen de México rechazaran un aumento salarial por arriba de la inflación proyectada considerando la escasez global de semiconductores? La respuesta está en los números:

Si bien, la industria automotriz “metió el acelerador” en México manufacturando 275 mil 436 vehículos en mayo pasado, cifra que representa un aumento del 15.2 por ciento respecto al mismo mes pero del 2021; la producción aún se encuentra muy lejos del 22.4 por ciento, la cifra pre-pandemia de mayo del 2019.

s datos del mes de junio están dentro de la media: 289 mil 318 unidades producidas, sólo 6 por ciento superior al mismo mes del año anterior –datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA)–.

Dos años y medio de pandemia y un conflicto bélico con Rusia han ocasionado que la industria automotriz no logre recuperarse. Ni siquiera Volkswagen liderea la producción de unidades en México –esa cifra, para este 2022, corresponde a Nissan con más 293 mil unidades–. Y aunque, en efecto, la constante de paros técnicos han minado el ingreso neto de la mayoría de los operarios de la planta de Cuautlancingo: un aumento salarial del 11 por ciento en las condiciones actuales resulta nada despreciable.

¿Qué pasó entonces con la base de afiliados al SITIAVW? ¿Hasta dónde fueron responsables las ambiciones inmediatas de José Juan Hernández, líder sindical, de la negativa de 2 mil 586 trabajadores? ¿Qué piensa de todo esto los 2 mil 032 sindicalizados que este fin de semana no asistieron a las urnas de la consulta?

El emplazamiento a huelga vence el 18 de agosto y el tiempo para la armadora está corriendo en contra del desarrollo entero de la entidad. Momento complicado para Volkswagen de México y para Puebla.

Por Enrique Huerta