Por Itzeli Zamora
Hasta 150 mil pesos fue la inversión que realizó Julio, dueño de un restaurante ubicado en el Centro Histórico de Puebla, durante el primer año de la pandemia de Covid-19, para poder sumarse a la reactivación económica y no cerrar definitivamente.
Gel antibacterial, cubrebocas, caretas, termómetros, líquido sanitizante y tapetes para desinfectar, son artículos que se volvieron indispensables para realizar las actividades comerciales dentro de los periodos y horarios que permite el decreto estatal, y que a principios de la contingencia aumentaron de precio.
Un ejemplo de los altos costos es la adquisición de un bidón de alcohol en gel, que llegó a costar hasta 2 mil 200 pesos, de los cuáles utilizaron hasta cuatro en el año. Otro fue el precio de un aspersor, que osciló desde 500 hasta 800 pesos en promedio. El bidón de 20 litros de sanitizante registró un costo de mil 500, una caja de 100 cubrebocas llegó a costar hasta 320 pesos ante la alta demanda.
Para la jornada de sanitización profunda cada 20 días, Julio invirtió hasta mil 900 pesos en los primeros meses de la crisis sanitaria, pero a un año de la llegada del Covid-19 a Puebla “ahora el servicio tiene un costo de 900 pesos”, reconoció.
Negocios se ropa, calzado, joyería y accesorios de la avenida 5 de Mayo del Centro Histórico invirtieron en productos sanitarios al menos 40 mil pesos, siendo marzo y junio del año pasado los meses que más gasto registraron.
