En lugar de un nuevo penal, el gobierno de Puebla destinará mil millones de pesos en obras para la rehabilitación de distintos reclusorios, como el de San Miguel donde por fin se destruyó el “pueblito” de 100 cuartos que servían como “suites” de delincuentes, espacios de prostitución y de venta de droga.
Así lo manifestó el gobernador Miguel Barbosa Huerta, quien dejó en claro que no se construirá ningún nuevo penal en la entidad, pero se habilitará el primer reclusorio femenil en Ciudad Serdán, se rehabilitará completamente el penal de Tepexi y se realizarán mejoras en los reclusorios de Tehuacán y Cholula.
También lee: Recuperación del Atoyac, imposible sin apoyo de la Federación: MBH
En el caso del penal de San Miguel, ubicado en la capital poblana, el mandatario aseguró que ampliarán espacios para albergar a más de mil reclusos, por lo que se construirán dormitorios y un área de comedor, además se reforzarán las medidas de seguridad.
Resaltó que al interior de dicho penal se permitió durante años la construcción de cuartos que servían como departamentos, gimnasios, espacios de prostitución y venta de droga, formando un “pueblito” que por fin, la noche de jueves, fue destruido.
Extitulares de SSP se beneficiaban del “pueblito” en San Miguel
Acusó que los tres extitulares de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Rogelio López Maya, Raciel López Salazar y Miguel Amézaga Ramírez, lo engañaron y desobedecieron pues cada uno le refirió una cifra distinta sobre el número de espacios y le aseguraron que los destruyeron, aunque eso no había ocurrido, pues se beneficiaban de su existencia.
“Todos los que han sido mis secretarios de Seguridad Pública, me desobedecieron, me engañaron, porque los instruí a la destrucción, todos me dijeron que estaban destruidos que ya lo habían hecho, pero no lo hicieron. Los tres, unos más aberrantes que otros, pero los tres vinculados a los beneficios de la existencia de esas construcciones”, aseveró.
Barbosa Huerta comentó que antes de empezar la destrucción de dichas construcciones de “privilegio” para delincuentes, se hizo una certificación notarial y ahora que se concluyó se hará otra para certificar las irregularidades que existían.
Por Alejandra Olivera
Editora: Brenda Balderas
Te recomendamos
