Sobreviviente narra tragedia en Valsequillo

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Por Patricia Estrada

¡Nos vamos a hundir! gritó José Luna Couto, sobreviviente de la tragedia en Valsequillo el pasado 2 de septiembre, cuando murió ahogado el lanchero Luis Jiménez Villegas conocido como “El Metole”.

El cruce de 5 minutos entre “El Oasis” a “La Punta” a un costo de 10 pesos es más atractivo que recorrer seis kilómetros de carretera con pedazos de terracería, pero ese jueves negro la única lancha de motor estaba descompuesta.

José y “El Metole” fueron vecinos por cinco décadas y junto con ellos abordó un matrimonio de jóvenes con su pequeña hija de 3 años. A 25 metros de distancia del embarcadero y cerca de las 18:00 horas, la parte trasera de la vieja lancha de remos colapsó por completo.

“Instantes previos al hundimiento sentí como el agua tocó los dedos de mis manos y la señora me agarró del cuello; aun así nos sumergimos uno o dos metros pero la agarré del cinturón y logramos subir a la superficie”, me comparte el señor Luna, de 73 años de edad.

Fue entonces que José logró contener el pánico de la mujer de 23 años que no sabía nadar y quien por instantes perdió de vista a su marido de la misma edad y a su niña que estaban agarrados a una tabla; mientras que de “El Metole” no supieron nada hasta que llegaron a tierra agotados tras haber avanzado una distancia aproximada de 20 metros.

En 21 ahogamientos durante este año en la laguna de Valsequillo, la capitanía de puerto ha estado prácticamente desaparecida. Los sobrevivientes recibieron el apoyo de los vecinos hasta que el hecho reportado al 911 movilizó a los cuerpos de emergencia.

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“Siempre hacen lo mismo. No sabemos si están para auxiliar a la gente o solo para limpiar y pintar bardas. De varios ahogados no recuerdo que fueran apoyarlos al menos desde hace 3 o 4 años”, comentó.

No hubo chaleco salvavidas que evitara la muerte de “El Metole”, a quien recuerda como una buena persona aunque era un tipo que “si lo buscaban, lo encontraban”.

Juan tuvo mejor suerte gracias a su buena técnica de natación. Al preguntarle cómo se siente un día después de la amarga experiencia, responde con firmeza “Estoy del 1” porque en realidad es un renacido y “un héroe sin capa” al evitar que una niña quedara huérfana en una desgracia más en las aguas de Valsequillo.